Las conspiraciones internas son un tema recurrente dentro de las historias delictivas del cine, como la cinta francesa “Cash”, dirigida por Jérémie Rozan y estrenada recientemente en Netflix. En ella, se ilustra a la perfección cómo se monta una conspiración interna dentro de una poderosa empresa de perfumería.
Entremos en materia. A partir de acciones fraudulentas, engañosas o dolosas, un empleado puede ejecutar un desfalco o tramar algo contra la empresa en la cual trabaja.
Sin embargo, cuando hablamos de una conspiración interna, se requiere de la confabulación o acuerdo entre dos o mas personas dentro de la misma organización.
Generalmente, la idea de llevar a cabo actos ilícitos o dañinos contra una empresa surge, entre empleados deshonestos, resentidos o inconformes por la distribución del trabajo, las compensaciones, los sueldos, etc.
Por ello, a veces estas personas persiguen únicamente sabotear a la empresa; aunque en otras, buscan obtener ganancias a través del robo de mercancías, el uso de datos, la alteración de procesos, la venta de información confidencial o el aprovechamiento de secretos comerciales.
En empresas de transporte, es más común que intenten movilizar carga ilícita sin que ésta sea detectada.
No es casual que una película sobre este tema se llame Cash; ya que el dinero es el motivador principal de los conspiradores. El trabajo en ocasiones resulta muy sencillo para los involucrados: observa, registra, retira, altera, entrega, vigila, etc.
En las conspiraciones internas no únicamente la reputación de una transportadoa se encuentra en peligro, sino incluso su viabilidad como negocio al perder la oportunidad de formar parte de Cadenas Logísticas Confiables.
Como lo muestra Cash, la seguridad de cualquier empresa va más allá de la tecnología empleada para el control de procesos.
¿Qué tan vulnerable sería tu negocio frente a un intento de conspiración interna?
Nosotros podemos ayudarte a que lo sepas.